El preparador alemán EDAG, muy en su línea de rarezas con cuatro ruedas, nos presentan un curioso mecanismo ideado por ellos, para que los propietarios (y en la mayoría de casos, seguramente también pasajeros de las plazas traseras) de un Rolls-Royce Phantom no se vean en la necesidad de agachar su preciada cabeza a la hora de entrar en el habitáculo.
El techo está parcialmente realizado en fibra de carbono. Como es natural, el chasis ha sido reforzado plenamente para que la instalación del techo no suponga una disminución en términos de seguridad y estabilidad dinámica.
Una idea quizás algo descabellada, pero todo confort es poco para alguien que se gasta semejante dinero en un vehículo de un lujo tan refinado como el Phantom. Para verlo en vivo y en directo tendremos que esperar al Salón de Ginebra.
Vía: World Car Fans