Aunque es cierto que el diésel esté perdiendo peso en la industria del automóvil, todavía continúa teniendo bastante importancia en modelos de gamas medias y altas. Y por ello, de la misma forma que los fabricantes no lo dejan -todavía- de lado, tampoco lo hacen los preparadores de renombre como es el caso de ABT.
De hecho, Audi llevó a cabo recientemente un lavado de cara del Audi S5 donde se sustituyó el motor gasolina por el diésel V6 TDI con una potencia de 347 CV y 700 Nm de par, apoyando en tecnología mild hybrid de 48 voltios.
Pero este motor guarda un potencial aún mayor del que Audi nos brinda, tal y como nos ha demostrado ABT Sportline, donde ha llevado el conjunto de 3.0 litros y seis cilindros hasta los 384 CV y 760 Nm. Para ello, se apoya en un paquete que suma la centralita ABT Engine Control (AEC) cambiando numerosos parámetros del motor para lograrlo. Eso sí, no es un aumento especialmente elevado, suponemos que para primar ante todo la fiabilidad del conjunto mecánico.
ABT no ha dado a conocer los nuevos registros que logra con esta nueva potencia, pero por si sirve de referencia, de serie necesita 4,9 segundos para alcanzar los 100 km/h y su velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h.
De manera adicional a la potenciación, ABT nos ofrece barras estabilizadoras ABT, suspensión ajustable que permite rebajar la altura de 15 a 40 mm y que junto con las estabilizadoras permite mejorar aún más su comportamiento dinámico, llantas de 20 pulgadas ABT Sport GR con acabado negro brillante, nuevo sistema de escape, añadidos aerodinámicos adicionales en la carrocería, entre otros. Todos estos cambios también están disponibles para el Audi S5 previo al restyling actual.
