Durante estos últimos meses hemos leído y analizado largo y tendido acerca de las grandes posibilidades y la prácticamente confirmación de que el BMW M5 de próxima generación, que debutará el año que viene, hará mucho más que «tontear» con la tracción total permanente. Y es que el BMW M5 xDrive será una realidad por primera vez en su historia, y casi más por obligación que por un gesto personal de los ingenieros de la firma bávara.
Como ya te hemos contado en otras ocasiones, el BMW M5 que veremos en 2016 será más ligero y también mucho más potente que el modelo actual. Romperá la barrera de los 600 caballos de potencia, y está claro que aquí es donde entra la obligación de que la potencia se reparta de manera equitativa o pareja a las cuatro ruedas, con el fin de aprovechar todo lo posible el caballaje y mejorar aún más los tiempos en circuito y también en prestaciones sobre papel. Pero curiosamente, y lo que no esperábamos, es que BMW abriese la puerta a mantener también la tracción trasera como estándar, y el xDrive como opción. Y esto, sí que es interesante.
El paso previo al xDrive definitivo
BMW optará, según las informaciones, por mantener como estándar la tracción trasera en el nuevo M5, pudiendo escogerse la opción xDrive, manteniendo en ambos casos la potencia prevista situada en aproximadamente 610 caballos, a través de un nuevo bloque motor V8 Twin Turbo de 4.4 litros. Sin embargo, en Norteamérica será diferente puesto que la marca bávara optará por comercializarlo únicamente con xDrive, y es que después de todo es un mercado mucho más abierto en este tipo de cambios, y no tan purista, podría decirse así.
Lo que está claro es que estando disponible con propulsión, es la recta final del M5 tal y como lo conocemos. Porque después de esta generación, podemos decir que sí al cien por cien que no habrá un M5 trasera.