Un CEO de una compañía de coches tiene un amplio abanico de coches para elegir como coche de diario de su marca e incluso de su grupo automovilístico. Y lo más normal suele ser que se muevan en uno de estos… ¿verdad?
Pero ¿y si ahora te dijésemos que Jim Farley, el CEO de Ford, lleva seis meses conduciendo el Xiaomi SU7 por las calles de Chicago en lugar de cualquier otro coche de su marca, y no sólo eso, sino que está encantado con él?
Todo se remonta a meses atrás cuando Farley voló a Shanghái para visitar sus instalaciones en China y poder conocer mejor cómo estaba actualmente el mercado chino, ya que como bien sabes, existe allí una competencia voraz de marcas de coches electrificados. Al finalizar su viaje, decidieron adquirir algunos vehículos de marcas chinas para llevárselos a Detroit.
Ahora, en una reciente entrevista en un podcast denominado ‘Everything Electric Show‘, Farley comentó que no le gusta hablar de sus competidores, pero admitió que conduce un Xiaomi. Y es que, uno de los modelos que adquirieron en su viaje a China fue el Xiaomi SU7 (modelo, que recordemos, sólo se comercializa allí de momento) para ser examinado minuciosamente en sus instalaciones en los Estados Unidos.
Sin embargo, ha admitido que tras llevar seis meses conduciéndolo, el coche es fantástico y no quiere dejar de conducirlo: «Es fantástico. Venden entre 10.000 y 20.000 unidades al mes. Se agotan durante seis meses. Ya sabe que Xiaomi es un gigante de la industria y una marca de consumo mucho más fuerte que las compañías automovilísticas».
Después del podcast, Farley ha sido preguntado en X al respecto para conocer más detalles de por qué prueba vehículos de sus competidores y él mismo ha dicho que trata de conducir todo aquello que entra en competencia con sus productos tal y como ha hecho durante toda su carrera para así poder entender mejor cómo poder batir a sus rivales.
No es además ningún secreto que los fabricantes chinos están por delante de los europeos en precio, tecnología de baterías, software, carga y autonomía, sin embargo, aranceles como los que va a establecer la Unión Europea van a hacerlos menos atractivos fundamentalmente por su precio pero sin que ello solucione el problema de base existente como es la distancia que existe todavía entre occidente y China en todos los aspectos mencionados.