Puede gustarte más, puede gustarte menos, pero lo que es un hecho es que el Bugatti Veyron ha sido uno de los ejercicios de ingeniería materializada sobre un coche durante la época de los 2000 más destacable. Como recordarás, equipa un propulsor W16 de 8 litros con 1001 CV y cuatro turbos. Una mezcla entre artesanía, lujo y potencia lo hacen un coche de características únicas, que ha servido un poco como un escaparate dentro de VAG para demostrar que es lo que son capaces de hacer al resto del mundo.
Mi compañero Javier ya te adelantó hace días que finalmente no se llevaría a producción el Galibier, la creación de cuatro puertas de la firma. En su lugar, se centrarán únicamente en el Veyron, del que tampoco habrá un ‘SuperVeyron’.
¿Logrará establecer nuevos hitos dentro de la industria?
Pero ojo, no todo son malas noticias. Es obvio que el principal atractivo del Veyron es el logro de conjugar una potencia desmesurada con el refinamiento y lujo. Y desde Bugatti, tal y como ha afirmado su presidente Dr. Wolfgang Schreiber en unas declaraciones, será la dirección en la que continúen trabajando. En palabras del propio presidente, quieren redefinir los estándares que rompieron en su día dentro de la industria. Así que es lógico pensar que estaremos ante un Veyron más rápido que el actual.
Recordemos que el Veyron fue el coche más rápido del mundo en el año 2007 -aunque no tardó en ser desbancado por el SSC Ultimate Aero-, récord que volvió a ser recuperado por parte de Bugatti con el SuperSport y sus 431 km/h de velocidad máxima. También fue en su día el coche más caro del mundo que se podía adquirir nuevo, pero ese récord también fue roto.
Vía: Autocar