Estamos próximos a ser presentes de un antes y después en General Motors que causará una verdadera revolución en el gigante norteamericano. Y es que la nueva generación del Chevrolet Corvette dirá adiós a la arquitectura tradicional de más de cuarenta años en favor de una nueva con configuración de motor central-trasero. Un cambio drástico pero necesario y que servirá para que el ‘Vette, esté más acorde que nunca con sus rivales directos.
Viendo lo que está por venir, no es de extrañar que haya tanta expectación. De momento, General Motors ya ha confirmado que la producción del nuevo Corvette C8 arrancará a mediados del próximo año 2019. Todo apunta a que será durante el mes de septiembre, y varios meses antes, cesará la cadena de montaje del actual C7 Stingray. Esto, confirma dos aspectos vitales: el nuevo ‘Vette C8 llegará al mercado a finales del año que viene, y el C7 Stingray convivirá tan solo unos meses con sus sustituto. También que el debut en el Salón de Detroit es muy, muy posible.
Tiempo atrás se especuló con la posibilidad de mantener ambos modelos en la cadena de montaje de forma simultánea durante un tiempo determinado, pero finalmente no será así. Habrá stock suficiente del Stingray para que ambos sí estén presentes en algunos concesionarios, pero el nuevo Corvette C8 tomará el testigo de un auténtico icono deportivo estadounidense y se situará en las más altas esferas de los mercados en los que estará disponible.
Tres motorizaciones diferentes estarán presentes en el coupé: un V8 atmosférico de 6.2 litros y 460 caballos, un V8 de 4.2 litros y 650 cv, y un V8 de 5.5 litros con 850 caballos, estos dos últimos alimentados por turbocompresores.
