Renault está siendo muy escueta con los detalles de la nueva generación del Mégane RS. Con la variante convencional ya en el mercado, la cuenta atrás para la variante de altas prestaciones está más presente que nunca, pero lo cierto es que pocas veces el fabricante galo ha jugado con la misma presión que en estos tiempos convulsos donde hay muchos fabricantes soplando en la nuca con los tiempos como Honda con el Civic Type R o SEAT con el León Cupra ST.
De la misma forma que hiciera hace algún tiempo Renault con el actual Clio RS, donde desechó el 2 litros atmosférico en favor de una mecánica de 1.6 litros sobrealimentada de mayor eficiencia. Y el camino a seguir en el Mégane RS parece que no será muy diferente, con la salvedad de que ya partimos de un propulsor sobrealimentado.
Según unas declaraciones de Regis Fricotte, vicepresidente de ventas, marketing y comunicación durante el transcurso de la presentación del nuevo Mégane en Portugal, el actual motor 2 litros del RS ofrece muchas posibilidades y ha demostrado su eficacia, pero no es compatible con las futuras normativas de emisiones y metas de consumo propuestas. Vamos, básicamente viene a decir que harán downsizing, al igual que sucede por ejemplo con el 308 GTI que emplea un 1.6 THP pero… ¿cuál será el candidato?
No parece descabellado pensar que empleen una variante evolucionada del 1.6 del Clio, pero debidamente reforzada a nivel interno para lograr aguantar un lote de potencia adicional considerable, todo ello, rebajando las cifras de consumo y emisiones del actual modelo. Parece bastante probable que la franja de potencia se situará en torno a los 300 CV extraídos de un cuatro cilindros, eso sí.
Vía: CarAdvice