Renault ha desvelado de forma oficial el lavado de cara del Clio, tras cuatro años en el mercado. Con un segmento en el que cada vez hay menos competencia tras eliminar Ford el Fiesta del catálogo y Volkswagen prescindiendo del Polo con la llegada de la Euro 7, el Clio recibe numerosas mejoras para seguir siendo una opción competitiva dentro del segmento.
Los cambios más destacables los encontramos en su frontal, con una nueva defensa, parrilla y faros (que son de LED y con hasta cinco módulos de iluminación), mientras que las luces diurnas cuentan con la firma lumínica con forma de medio rombo ubicadas a los extremos del paragolpes.
Está disponible en siete colores de carrocería: blanco glaciar, negro brillante, gris pizarra, azul rayo, rojo deseo, naranja valencia y un nuevo color tricapa: gris zinc, que presenta un aspecto opaco y un efecto nacarado cuando se ve de cerca. El vehículo cuenta con llantas de 16 o 17 pulgadas según la versión elegida, que pueden ser Evolution, Techno o Esprit Alpine.
En el interior, los materiales son de mayor calidad y hay telas sostenibles, aunque el diseño general, con una pantalla de 7 pulgadas en las versiones más económicas y una pantalla de 9,3 pulgadas en las más caras, es en gran medida el mismo que antes, ofreciendo compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay y en ambos casos con conectividad inalámbrica. Los asientos deportivos con refuerzos laterales en los que se ubica el conductor de los modelos Alpine Esprit están adornados con el logotipo de la letra «A» de Alpine, y la dirección perforada de tres radios y los pedales de aluminio completan el ambiente deportivo.
Su catálogo de motores prescinde de dos versiones gasolina, concretamente, el SCe de 67 CV y el TCe de 140 CV, manteniendo el TCe de 91 CV, TCe de 100 CV que puede funcionar con gasolina o GLP, el diésel Blue dCi de 101 CV y el híbrido no enchufable de 145 CV (E-TECH híbrido).
