A día de hoy es un sistema totalmente asentado en la industria del automóvil, y cada vez cuesta más encontrar coches por la calle que no cuenten con él, algo que se ha logrado en gran parte a la directiva de la Unión Europea que establecería la obligatoriedad del mismo en todos los vehículos comercializados a partir del 1 de Enero de 2004. Estamos hablando del sistema de frenos antibloqueo (ABS).
Pero… ¿cuál es su origen? Para conocerlo, tenemos que remontarnos al año 1936, cuando la compañía alemana Bosch patentó la idea. Esta patente, lo que buscaba era reducir el riesgo de bloquear una rueda en caso de una frenada brusca, si bien, no comenzó a fraguarse la idea de llevarlo a producción hasta finales de los años 60, ya con la irrupción de la electrónica digital, puesto que el ABS requiere una serie de cálculos sólo posibles mediante sistemas electrónicos para poder actuar.
En concreto, con la subsidiaria Teldix fue cuando comenzó a desarrollarse de manera más activa el sistema, que hasta la fecha y desde su patente, había estado congelado, contando con los primeros prototipos funcionales y con vocación de llegar a producción en 1970. Esta primera generación contaba nada menos que con 1.000 componentes, por lo que resultaba muy complejo.
Y ya en 1978, de la mano de Mercedes y Bosch, fue cuando llegó por primera vez a un coche de producción -de manera opcional- como es el Mercedes Clase S W116. Poco tiempo después, BMW también adoptó dicho sistema en su berlina de representación, el BMW Serie 7. En el caso de la firma de la estrella de tres puntas, quisieron ir más allá, llevando también el ABS en opción el resto de su gama dos años después y a los vehículos comerciales en 1981. Y en 1992, fue parte del equipamiento de serie en toda su gama.
El ABS además de permitir que el conductor pueda seguir teniendo el control en caso de frenada brusca permitiendo además esquivar obstáculos, es todavía más indispensable en superficies deslizantes (pavimentos mojados o con hielo), si bien, en nieve o gravilla hace en ocasiones menos eficaz la frenada.