Ya han pasado dos años desde su trágico fallecimiento en un accidente de tráfico y pese a todo, el culebrón relacionado con Paul Walker no acaba por abandonar la palestra. Haciendo memoria, seguramente recuerdes aquella colección de coches de Paul Walker que te mostramos en vídeo, donde podíamos ver una colección bastante selecta, con deportivos muy emblemáticos y en muchos casos, caros y difíciles de conseguir, estando todos ellos además en perfecto estado.
Pues bien, parece ser que uno de los socios tanto de Paul Walker como Roger Rodas, Richard Taylor (el encargado del mantenimiento de los mismos), en las siguientes 24 horas al trágico accidente sucedido el 30 de Noviembre de 2013, los empleados de Richard Taylor, bajo las órdenes de éste, se llevaron siete vehículos de la colección y fueron depositados en otras instalaciones de las que no se desveló su paradero.
¿Cuál era el objetivo? Que tras su fallecimiento, al realizar Taylor el inventario de coches, no incluir los siete coches sustraidos, computando un total de 31 vehículos correspondientes al actor y otra unidad que tenía conjuntamente con Roger Rodas. Uno de esos coches es un Porsche 911 GT3 RS del año 2011, un coche que no resulta nada barato en el mercado de segunda mano, por lo que todo apunta a que buscaba el lucro fácil con dicha operación.
Naturalmente, la familia, cuando se percató de lo sucedido, llevó ante los tribunales a Taylor. Sin embargo, por el momento se ha negado a devolverlos, y parece ser que algunas de las unidades han sido ya vendidas.
Vía: Hollywoodreporter