Como es normal en el proceso de desarrollo de un coche, empezamos comentando un prototipo de pruebas, un coche raro, que nos suena, pero se ve distinto. Empiezan las elucubraciones. Después, un armatoste cubierto de planchas negras y telas del mismo color, y empiezan las apuestas en las revistas y páginas especializadas: retoque aquí, retoque allá, faros de este, pilotos de aquél… Poco a poco se va quitando la ropa y vamos viendo un poco más, esa línea lateral, que si el pontón, que si tenemos una toma del interior… y llega la fase final, al menos, de este seguimiento espía, y son estas fotos como las que os traemos hoy. Cuando el coche prácticamente se ha quitado todo el camuflaje y sólo tapa las insignias de la marca y algún que otro detalle. Todo un proceso largo a la vez que divertido (siempre es curioso ir viendo poco a poco cómo va cogiendo forma el coche y si se parece o no a la idea que tenías, o a los retoques que se ven por ahí) que termina con estas tomas que, después de toda la imaginación que hemos tenido que echarle parecen casi fotos oficiales.
Dejando los sentimientos y la literatura a un lado, el coche que ha llegado a su fase «final» es el sucesor del CLK (que previsiblemente se llamará clase E coupé). Siendo subjetivo, me parece que Mercedes ha conseguido hacer un modelo a la altura del que pronto va a jubilar, que tan buena línea ha tenido (hoy se sigue viendo bonito y estamos hablando de un diseño que tiene ya sus años, pero que no encaja ya con la nueva línea de la marca de la estrella). En algunas fotos espía, Mercedes nos asustó con una tapa de maletero que tenía forma de alerón en su parte superior, que quedaba francamente mal en mi opinión.
No queda ni rastro de aquello, y lo único que podemos ver es un coupé con una línea muy elegante a la vez que deportiva, con el frontal que caracterizará también al nuevo clase E (sólo que con la estrella en la calandra). La caída del techo es muy suave por la parte de atrás, llegando a recordar un poco al CLS. El pilar trasero queda muy fino, por la forma tan puntiaguda de la ventanilla. No es un arco simétrico, y es más redondeado por la parte del conductor que por la de las plazas traseras. Como en la anterior generación del CLK, el coche no tiene pilar central, ni tendrá marcos en las puertas así que los propietarios podrán seguir disfrutando del placer de bajar todas las ventanillas y dejar un espacio totalmente diáfano, sin pilares ni marcos, unas ventanillas enormes que van de punta a punta del coche. Una maravilla.
Via: MotorAuthority