McLaren ha confirmado recientemente que ha probado -y continúa probando- al menos un prototipo de pruebas eléctrico que incorpora nuevas tecnologías y que prescinde cualquier tipo de motor de explosión interna. Esto, lógicamente, lleva a un único camino: la marca británica quiere un modelo eléctrico en el mercado, y no deja de ser una somera cuestión de tiempo. Claro que, desde Woking, lo dejan claro: esta tecnología aún no está a punto para este tipo de modelos.
El proyecto más reciente -y que aún no ha llegado al mercado- que hemos visto de circunstancias similares es el nuevo Tesla Roadster, el proyecto cúspide de la marca norteamericana en este nicho de mercado y que se traduce en cifras explosivas, gracias a la emergente tecnología de las baterías en estado sólido. Este es el camino que quieren seguir en la casa inglesa para el desarrollo del McLaren EV. No obstante, aún queda camino por delante.
No es una cuestión de potencia -parece-, sino más bien de peso. Desde McLaren confirman que ahora mismo un superdeportivo eléctrico se acercaría a las dos toneladas de peso, y es algo inadmisible en un modelo de estas características. Teniendo en cuenta que el objetivo principal de los británicos es comercializar la mitad de la gama en forma de híbridos antes de 2022, el proyecto del McLaren EV se alzará en torno a esas fechas. Queda aún medio lustro para ver un proyecto de este calibre.
Sin embargo, hay que dejar claro que una vez llegue al mercado, no habrá vuelta atrás. No será un SUV -en absoluto-, sino un coupé deportivo de altas prestaciones. Dada la facilidad de potencia y alta autonomía que otorgan las baterías en estado sólido, la finalidad podría ser consolidarlo como el más rápido de la casa.