Una de las grandes virtudes de la nueva generación del Opel Astra que llegará próximamente a los concesionarios es sin lugar a dudas la severa dieta a la que ha sido sometido en su desarrollo. En función de la versión, el ahorro puede llegar hasta los 200 kg frente a su antecesor, una cifra muy considerable, aunque más que necesaria en el compacto alemán que se estaba estableciendo en unos pesos muy disparatados.
En el peor de los casos, la pérdida de peso es de 120 kg, que también sigue siendo una cifra considerable que repercute de forma muy positiva tanto en su consumo, como en las prestaciones y por supuesto el comportamiento dinámico.
Pero… ¿cómo han logrado ahorrar todo este peso?
En primer lugar, el chasis ha perdido el 20% de su peso, bajando desde los 357 kg hasta los 280 kg. A esto, hay que sumar que en los componentes de suspensión del chasis, se han empleado materiales más ligeros como aceros de alta resistencia en su elaboración restando otros 50 kg adicionales.
El escape también ha sido víctima de la dieta. Con su nuevo escape, se ahorra 4.5 kilogramos frente al escape que montaba el anterior modelo. Los asientos, que son también otro de los principales factores de incremento de peso, debido a que cada vez cuentan con mayores funciones, aún pese a todo, entre los delanteros y traseros se han recortado 10 kg.
Otro aspecto muy importante es que las nuevas llantas con gomas ahorran hasta 11.5 kg peso en conjunto, una cifra que aunque a priori no nos pueda parecer muy destacable, dado que es una masa no suspendida sí que tiene bastante importancia porque sería el equivalente a quitar varias decenas de kilogramos de peso del resto de conjunto del coche.
El sistema de frenado, pese a ser más compacto, ahorran 10 kilogramos en su conjunto y tal y como anuncian son ahora más eficaces que antes.
Finalmente, el conjunto motopropulsor no ha quedado a resguardo de los recortes. El bloque de aluminio 1.4 EcoTec ahorra también 10 kg puesto que el anterior bloque es de hierro fundido.