Este propietario de un BMW G30 eDrive Hybrid ha tenido que abonar 11.000 euros para su reparación: ¿por qué?

Los híbridos enchufables cada vez están ganando mayor popularidad y resulta un producto interesante tanto para fabricantes (ya que les permite escalar la producción de baterías y reducir el precio tanto en híbridos como en eléctricos) así como para usuarios a los que todavía no les puedan convencer las autonomías de los modelos eléctricos.

Sin embargo, cada vez más talleres dedicados a la reparación de vehículos híbridos y eléctricos están dejando de recomendar estos vehículos por diferentes razones, pero básicamente se podrían resumir en que con un PHEV se tendría «lo peor de los dos mundos».

EV Clinic es un taller croata dedicado a la reparación de coches híbridos y eléctricos que acaba de hacer público el caso reciente de uno de sus clientes con un BMW G30 eDrive Hybrid del 2018 al que su batería de alto voltaje de 9 kWh, tras 150.000 km ha requerido una sustitución.

Según cuentan, el problema proviene del sistema de climatización de las celdas, que ha terminado en sobrecalientamiento e hinchado de las celdas. ¿Y por qué se ha producido esto? Según cuentan, porque con una batería pequeña tiene que soportar la misma potencia que un coche 100% eléctrico, siendo sometida por tanto a un esfuerzo muy superior. Tal es así, que según afirman, cada kilómetro en modo eléctrico daña el paquete de baterías hasta 4 veces más rápido que en un coche 100% eléctrico.

El problema en este caso es que además no se pueden sustituir los módulos de manera independiente, por lo que habría que reemplazar todos, lo que tiene un coste de 11.000 euros, que a su vez, es un coste muy similar que tiene una batería de un Tesla Model 3 (LFP) de 60 kWh, teniendo esta una durabilidad muy superior, gracias tanto a la química  empleada como a una capacidad notablemente superior.

 

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