La noticia de la salida sorpresiva de Wayne Griffiths como CEO de SEAT S.A. ha sacudido el panorama automovilístico español. Tras cinco años al frente de la compañía, Griffiths ha decidido renunciar voluntariamente a su cargo, dejando un legado marcado por el desarrollo de la marca CUPRA y la reestructuración de la empresa.
Durante su mandato, Griffiths logró consolidar a CUPRA como una marca independiente dentro del Grupo Volkswagen, posicionándola como líder en la electrificación de SEAT S.A. Su gestión culminó con resultados financieros récord para la compañía, incluyendo una facturación de 14.577,9 millones de euros, un beneficio operativo de 534,6 millones y un flujo de caja bruto de 1.294,8 millones.
Sin embargo, la renuncia de Griffiths llega en un momento crucial para SEAT y CUPRA. La empresa se enfrenta a desafíos significativos, como los aranceles de la Unión Europea a los coches eléctricos fabricados en China, que afectan directamente al CUPRA Tavascan.
Griffiths había advertido sobre las posibles consecuencias de estos aranceles, incluyendo potenciales despidos y la necesidad de reajustar la producción.
El futuro inmediato de SEAT S.A. queda ahora en manos de Markus Haupt, quien asumirá la dirección interina de la empresa. Esta transición genera incertidumbre entre la plantilla y los sindicatos, que esperan una pronta resolución de la situación directiva.
Entre los proyectos pendientes que deja Griffiths se encuentra la decisión sobre la entrada de CUPRA en el mercado estadounidense, prevista para finales de esta década. Además, queda por resolver la cuestión de los aranceles al Tavascan y la concreción del futuro eléctrico de la marca SEAT más allá de 2030.
