Durante estos últimos años, downsizing era una palabra que estaba en boca de todos los fabricantes a la hora de lanzar nuevos modelos. Y lo hemos visto materializado tanto en una reducción de cilindrada como incluso la apuesta por los tres cilindros, vendiéndolo todas ellas como un nuevo paradigma revolucionario en lo que concierne a consumos y emisiones, sin renunciar a ciertos niveles de refinamiento y prestaciones.
Sobre la mesa, tenemos la nueva normativa anticontaminación Euro 6c que entrará en vigor el año que viene y que los fabricantes que comercialicen sus modelos en Europa deberán acometer. Pero… ¿cuáles son las implicaciones que tiene? Pues, como bien sabrás, el escándalo dieselgate de Volkswagen ha dejado al descubierto algo que todos sabíamos: los instrumentos de homologación de consumo y emisiones en la Unión Europea no eran todo lo fiables que cabría esperar.
No ponemos en duda que los motores downsizing que hemos visto desfilar en las gamas de muchos fabricantes estos últimos años, han supuesto una reducción de emisiones de CO2, que como principal causa de gases de efecto invernadero, se han reducido. El problema, son los óxidos de nitrógeno (NOx), hidrocarburos no quemados (HC) así como las partículas tóxicas (PM), que en los motores downsizing de nueva generación son aún un problema más grave si cabe que en los motores convencionales, especialmente cuando necesitan trabajar con elevadas cargas de exigencia.
Por tanto, ¿en qué escenario nos situamos? en un escenario en el que hasta hace nada, se les tachaba poco menos que de raros, como el caso de Mazda, donde aún seguía apostando con firmeza y determinación por su tecnología SkyActiv donde la reducción de la cilindrada no era su máxima y acotaban el problema del consumo y las emisiones por otras vías. Pero si desechamos el downsizing y volvemos a los motores con cilindradas de hace escasos años, eso lleva implícito darle una vuelta de tuerca a la tecnología, recurriendo entre otras cosas más a la hibridación para que con una cilindrada más elevada, en términos generales logren reducir de manera significativa las emisiones PM, CO, NOX y CO2.
Las marcas ahora mismo tienen una fecha en el calendario: año 2019, donde sí que el problema deberá llegar a su fin. Es decir, aún tienen tres años para seguir comercializándose y desarrollando mientras tanto los sucesores que tomarán el relevo.
¿Qué futuro nos espera? Algunos analistas apuntan a que las mecánicas diésel existentes por debajo de 1.5 litros y las de gasolina de menos de 1 litro desaparecerán del mercado con esta nueva legislación. Así que como verás, hay unos cuantos fabricantes con bastante faena sobre la mesa, como puedan ser Ford y Renault.
Vía: Automotive News