Aunque para muchos a priori no pueda haber una diferencia tácita, lo cierto es que el empleo de una pintura y barniz de calidad -y el proceso de pintado a la hora de aplicarla- puede ser determinante de cara no sólo a su acabado final, sino también a cómo le sienta el paso de los años y los factores externos.
Y dependiendo del fabricante, a medida que avancemos a marcas de lujo o premium, los procesos de pintado en fábrica son de mayor calidad y hacen uso de más avances tecnológicos, aunque pueda parecer un área que no sea muy dada a grandes avances. Ferrari, la marca del Cavallino Rampante, acaba de presentar su sistema de pintura a baja temperatura basado en un sistema de capas transparentes bautizado bajo el nombre de ‘Low Cure’ desarrollado de manera conjunta con el especialista PPG.
¿Qué ventajas aporta entonces este sistema de pintura eficiente en la que Ferrari ha sido la primera marca del mundo en adoptarlo? En primer lugar, consta de dos componentes donde una capa transparente horneada a baja temperatura permite que pueda secarse a 100º en lugar de los 150º habituales en el proceso en cuestión, dando como resultado un proceso más económico para el fabricante además de ser más respetuoso con el medio ambiente, puesto que ahora requiere de menor cantidad de electricidad.
Otra ventaja adicional es que también permite el horneo de varias piezas de forma simultánea sobre la carrocería, tales como fibra de carbono y componentes composite, algo que permite un resultado final mucho más uniforme, ofreciendo además mayor resistencia al agua y mejor resistencia química y mecánica de la pintura.
Este sistema puede combinarse con diferentes tipos de acabados, incluyendo hasta un total de 61 colores diferentes, entre los que se incluyen colores metálicos, tonos brillantes o incluso mate.