Desde el año 2002, todos los Maserati cuentan con un motor de origen Ferrari bajo su capó, haciendo que esa esencia italiana tan bien plasmada a nivel mecánico en los modelos de la marca del cavallino rampante, pudiese exportarse también a la firma del tridente. De hecho, salvo alguna excepción muy concreta -también de marcas italianas-, tan sólo Maserati se ha podido beneficiar de la fabricación de motores de Ferrari.
Pero esto cambiará a partir de 2021-2022, ya que Ferrari dejará de fabricar motores para Maserati. 20 años de acuerdo que llegan a su fin tal y como han oficializado en la última conferencia de Ferrari donde han presentado sus resultados económicos correspondientes al primer trimestre de 2019. Y la confirmación ha venido ni más ni menos que del mismísimo CEO de Ferrari, Louis Camilleri.
Actualmente, Ferrari suministraba a Maserati tres motores diferentes: un V6 biturbo de 3 litros, un V8 biturbo de 3.8 litros y un V8 atmosférico de 4.7 litros. ¿Qué ha llevado después de 20 años a Ferrari a tomar esta decisión? Según parece, una cuestión económica. El margen de beneficio de suministrar motores a Maserati se ha reducido de manera considerable debido a la bajada de ventas de la firma del Tridente. Por ello, desde Ferrari ven este movimiento como algo positivo para ellos, ya que esto les permitirá centrar gran parte de su trabajo en el desarrollo del negocio.
Vale, pero entonces… ¿qué hay de Maserati? Lo cierto es que lo deja en una situación delicada pero de la que tiene margen de maniobra para poder actuar, ya que son tres años por delante. Por una parte, se encuentra en plena reestructuración de su gama y esta ruptura del acuerdo le plantea una tesitura: ¿desarrollar sus propios motores o encontrar otro suministrador -dentro de FCA o fuera de ella-? Lo que sí que parece ineludible es que esto de una forma u otra va a empujar la electrificación de la misma.