La entrada a una nueva década va a llevar consigo una importante reestructuración de la industria del automóvil al forzarla a la electrificación debido a las nuevas e inflexibles normativas en materia de emisiones. Los principales fabricantes ya están ideando todo tipo de soluciones al respecto, y el grueso de ellas pasan por motores más pequeños y eficientes. Y esto implica desplazar todavía más al abismo a las mecánicas de ocho cilindros así como las de doce, que son cada vez más una rareza en la industria.
Pero Ferrari nos ha dado un rayo de esperanza con la patente que registró el 24 de Abril en la Oficina de Marcas y Patentes de los Estados Unidos (y que no ha sido autorizada y publicada hasta el 24 de Octubre), ya que se trata de un V12 más eficiente y menos contaminante.
En esta patente encontramos cómo se hace uso de dos métodos de combustión en el propulsor: el primero de ellos inyectaría una pequeña cantidad de combustible justo antes de prender la bujía mediante una cámara de combustión secundaria para dar lugar a una mezcla de aire y combustible más caliente y enriquecida. El resultado es que la mezcla de aire y combustible entraría a mayor tempratura en el cilindro, logrando reducir las emisiones y ser más eficiente que los actuales al calentar antes de tiempo el catalizador. Recordemos que las emisiones son especialmente significativas en esta fase.
Este sistema también funcionaría en condiciones de baja carga como el arranque del motor, relegando al modo de funcionamiento normal una vez entra el convertidor catalítico en su temperatura de servicio que le permita obtener el mayor rendimiento.
Ferrari ya mostró hace algún tiempo su voluntad de mantener el motor V12 en su catálogo aún pese a los movimientos que están llevando a cabo otros fabricantes, y estas patentes son la clara prueba de los esfuerzos que están destinando para conseguirlo. Sin embargo, es todavía atrevido atisbar hasta cuándo van a permitir darle continuidad en el mercado, pero mientras tanto no podemos hacer otra cosa más que congratularnos.
