El fabricante de Maranello tiene un gran inconveniente, y es que a la hora de buscar un deportivo de muy alto nivel lo lógico es tener que esperar cierto tiempo, pero cuando esa espera se ve aumentada a un año e incluso más de año y medio, el sueño se torna en una desilusión total.
Por ello mismo, Ferrari está cada vez más mentalizado como fabricante de que deben cortar los enormes tiempos de espera desde que un cliente paga su Ferrari, hasta que lo recibe. Actualmente prácticamente todos los cavallinos tienen una espera de mínimo 18 meses salvo contadas excepciones, y es que son más de 545 días… se dice pronto.
El secreto está, según los italianos, en construir más rápido en lugar de hacer más coches. Así se aseguran una mejor competencia, y es que prácticamente todos los fabricantes rivales -incluyendo Lamborghini- tienen un proceso mucho más rápido.
Vía: eGM Car Tech
