¿Cómo es posible que en plena decadencia del diésel en el viejo continente a Ford se le ocurra introducir por primera vez en su pick-up destinada para el mercado americano una motorización diésel? Nosotros tampoco le vemos ningún sentido dentro del marco actual, pero imaginamos que si han tenido esta ocurrencia es porque desde luego han visto un filón ahí para poder explotar. Y porque también es cierto que algunos rivales ofrecen o han ofrecido mecánicas diésel en sus pick-up, aunque lo que nos sorprende es que decidan hacer esto ahora.
En cualquier caso, no es algo que nos pille de sorpresa, puesto que ya en el Salón de Detroit de 2017 hicieron público que próximamente introducirían una variante diésel de su conocida pick-up, ahora bien, como se suele decir, del dicho al hecho hay un trecho y tampoco teníamos muchas esperanzas de que finalmente se fuera a llegar a materializar.
La nueva Ford F-150 Power Stroke Diesel hace uso de un motor V6 de 3.0 litros con una potencia de 253 CV y 597 Nm de par máximo a 1750 rpm como el que montan algunos modelos de Jaguar Land Rover. Sólo está disponible con una caja de cambios automática de 10 velocidades que ya encontrábamos disponible en el F-150 de 2017, si bien para este motor recibe ligeros retoques. Homologa un consumo en ciclo EPA de 7,84l/100 km (30 mpg) en carretera, además de lograr unas cifras de carga muy buenas, pudiendo llevar hasta 916 kg y con una capacidad de remolque de 5.170 kg.
Llegará con las cabinas extendida y doble, no pudiendo optar a la sencilla. También podremos encontrarla con tracción 4×2 y 4×4. Tras ver la aceptación que ha tenido el motor EcoBoost, no creemos que en este caso la opción diésel vaya a ser disruptiva respecto al éxito que están teniendo los cambios de gran calado sobre el modelo, más aún teniendo en cuenta la capacidad de carga y arrastre que ofrece. ¿No?
Ford F-150 diésel
Quizá se decidan importarla a Europa como el Mustang