Uno de los motores más exitosos de Ford durante los últimos tiempos, y no hablamos únicamente a nivel comercial, es el 1.0 EcoBoost, que ha ido introduciendo paulatinamente en multitud de modelos de su gama, con las diferentes variantes de potencia en las que está disponible.
Si la principal baza del 1.0 EcoBoost de Ford su bajo consumo y emisiones, el fabricante ha prestado especial atención en estos aspectos para potenciarlos aún más y poder desmarcarse aún más de sus rivales más directos. ¿Qué han hecho exactamente los ingenieros del óvalo azul? reducir el consumo y emisiones del 1.0 EcoBoost de 100 CV montado en el Focus. Concretamente, ahora homologa un consumo medio de 4,3l/100 km con unas emisiones de 99 g/km de CO2, posicionándolo como una de las opciones más eficientes de su segmento.
Recordemos que anteriormente el consumo de este propulsor en el Focus era de 4,8l/100 km, con unas emisiones de 109 g/km.
Los responsables de ayudar a mejorar su eficiencia
¿Cómo han logrado la citada reducción? Gracias al uso y combinación de diversos avances técnicos enfocados a mejorar la eficiencia del propulsor. Una de ellas, es el empleo de neumáticos de baja resistencia a la rodadura, muy habituales en variantes «verdes» que comercializan algunas marcas, una caja de cambios de seis velocidades al que se ha revisado la relación de cambio, así como mejoras aerodinámicas comprendidas por el carenado de bajos más optimizado y rejilla delantera activa (se abre y cierra automáticamente para mejorar la aerodinámica).
Todos estos avances se suman a los ya existentes como el sistema de arranque y para automático Stop&Start, frenada regenerativa, entre otros, enmarcados dentro del conjunto de tecnologías denominadas Ford ECOnetic Technology.
