Honda ha introducido la quinta generación del Honda CR-V en el mercado español, y uno de los cambios de paradigma a los que se enfrenta es que prescinde de las versiones diésel, apostando únicamente por los motores gasolina e híbridos.
En concreto, lo hace con el 1.5 VTEC Turbo disponible con caja de cambios manual de seis velocidades y tracción delantera, cuya potencia anunciada es de 173 CV a 5.600 rpm con un par máximo de 220 Nm entre las 1.900 y 5.000 vueltas, cifrando su consumo medio homologado en 6,3l/100 km equivalentes a 143 g/km.
La opción más potente quedará de momento de la mano de la versión de 193 CV sobre el mismo bloque 1.5 VTEC Turbo, con caja de cambios manual con un consumo medio homologado de 7,1l/100 km. En este caso, cuenta con 243 Nm de par entre las 2.000 y 5.000 rpm, con un consumo medio de 7,1l/100 km equivalente a 162 g/km. Si optamos por el cambio manual, necesita 9,2 segundos para alcanzar los 100 km/h, logrando una velocidad máxima de 211 km/h, mientras que si optamos por la tracción AWD (que lleva consigo el cambio CVT), las prestaciones empeoran ligeramente, necesitando 10 segundos para alcanzar los 100 km/h y alcanzando una velocidad máxima de 200 km/h.
Por otra parte, esta nueva generación hace uso de un chasis de nueva factura que al emplear acero de alta resistencia en un 36% de su estructura (frente al 10% del modelo saliente), ha logrado aumentar su rigidez torsional hasta en un 25%, apoyándose también en acero estampado en caliente de ultra-alta resistencia.
Se nutre, además de nuevos sistemas de asistencia a la conducción (frenada de emergencia, control de crucero activo, detección de peatones, reconocimiento de señales, etc) y sistemas multimedia, además de una versión con capacidad para siete ocupantes que sólo estará disponible para el motor de 193 CV. La versión híbrida no se espera hasta mediados del año 2019, desconociéndose de momento los detalles técnicos que conciernen a ella.
