El miembro más pequeño del catálogo de Hyundai se ha puesto al día con un lavado de cara coincidiendo con la mitad de su ciclo de vida y recibir así algunas novedades que le permitan seguir siendo competitivo frente a sus principales rivales, que por otra parte, cada vez son menos (al menos aquellos con motores de combustión), puesto que tienen márgenes de beneficios muy estrechos para las marcas.
Estéticamente no encontramos grandes novedades, siendo la más representativa las nuevas luces diurnas con forma de panal de abeja reemplazando a las anteriores circulares y que de esta forma quedan más integradas dentro de la parrilla. Los pilotos traseros cuentan con tecnología LED y las llantas de aleación de 15 pulgadas cuentan con nuevo diseño. Además, se introducen los nuevos colores gris Lumen Grey y azul Meta Blue.
En su interior encontramos nuevas tapicerías, luz ambiental para las plazas delanteras, nuevo paquete decorativo de color morado con tapicería de tela tipo ‘tartan’ con franjas moradas y salidas de aire también en el mismo color. De serie equipa una instrumentación clásica con pantalla LCD de 4,2 pulgadas y una pantalla táctil de 8 pulgadas, compatible con Android Auto y Apple CarPlay, además de poder recibir actualizaciones vía OTA. En opción se podrá adquirir una instrumentación digital.
No introduce nuevos asistente a la conducción, si bien mejora algunos de los que ya tenía como el sistema de frenado de emergencia en ciudad, que reconoce peatones, vehículos y ciclistas.
Hyundai no ha publicado información referente a su gama de motores, por lo que no deberíamos a priori ver cambios en su gama conformada por el 1.0 MPI de 67 V, el 1.2 de 84 CV y el 1.0 T-GDi de 100 CV como opción más frugal.
