Con todos vosotros, el Volkswagen Polo de producción más rápido que habéis conocido hasta la fecha. Se trata de un Polo que ha recibido el tratamiento del preparador Wimmer Rennsporttechnik para romper con los paradigmas a los que incluso se está enfrentando Volkswagen en la actualidad con el desarrollo de un modelo que esperamos con incertidumbre y letanía como es el Golf R400.
Para remontarnos a un Polo potente fabricado por Volkswagen en la historia más reciente, debemos hacerlo al Polo R WRC de calle que data el año 2012, del que se fabricaron 2500 unidades y contaba con un 2.0 TSI de 220 CV que realizaba el 0-100 km/h en 6,4 segundos.
Lo que han hecho es tomando como base el 2.0 TSI de cuatro cilindros, aumentar su potencia a nada menos que 420 CV. Y para lograrlo, el propulsor ha debido recibir numerosas modificaciones que abarcan desde una bomba de gasolina de mayor caudal, la instalación de un escape deportivo, un turbo más grande, además de una reprogramación de la centralita de cara a adecuarla a todos estos cambios acontecidos: ¡210 CV por litro!
La actualización (a la que denominan fase 4) no es nada económica: cuesta 10.200 euros y no incluye otras modificaciones que te venden con un coste extra como filtro K&N, suspensión roscada KW o llantas OZ de 17 pulgadas.
Ahora bien, nos surgen dos dudas: la primera de todas, cómo digerirá el tren motriz delantero esta potencia tan considerable. La segunda, si la caja de cambios DSG de doble embrague es capaz de soportar esta configuración prolongada en el tiempo.