Es difícil ver hoy una unidad del Jaguar I-Pace por la calle. No es para menos, y es que aunque lleva ya varios meses a la venta, la firma británica propiedad de TATA Motors está teniendo serias dificultades para conseguir una gran continuidad en la cadena de montaje. Con miles de unidades demandadas en países como Holanda, durante el mes de agosto tan solo se fabricaron 140 unidades, marcando un máximo de unidades que salieron de fábrica fijado en 558 unidades.
Obviamente, estos datos nos hacen mirar al Tesla Model 3 y los problemas iniciales que tuvo la marca de Elon Musk para sacar adelante dicho proyecto. Parece ya casi un estándar en la gama de los eléctricos premium: modelo que se comercializa con cierta expectación, acaba sufriendo retrasos y un cuello de botella en la cadena de montaje. El Jaguar I-Pace obviamente no cuenta con la misma demanda que tuvo el Model 3 -este último llegó al medio millón de unidades en pre-reserva-, pero sí acumula una demanda que cada vez es más grande y que ahora mismo, Jaguar no puede comenzar a suplir. En algunos mercados como el estadounidense, el retraso en la comercialización se hará efectiva en muy poco tiempo.
Del Jaguar I-Pace hemos hablado mucho en MotorAdictos: constituye el primer modelo totalmente eléctrico que comercializa Jaguar-Land Rover, un proyecto vital para la imagen de la marca y que está marcando un antes y un después en la historia de la misma, aunque a priori esté pasando desapercibido. La magnitud de lo que supone el I-Pace es muy grande, y solo falta que la producción acompañe para que lo veamos plasmado en la carretera. Como recordatorio, el I-Pace cuenta con un pack de baterías de litio-ión con 90 kW/h de capacidad, más de 350 kilómetros de autonomía y dos motores eléctricos repartidos de forma ecuánime entre ambos ejes.