Es cierto que Jaguar Land Rover está consiguiendo un éxito apabullante en cuanto a nivel de ventas sobre todo gracias a modelos como el Jaguar XF o la llegada al mercado de los nuevos Range Rover que, como vimos hace unos días presentan listas de espera de casi nueve meses. Gracias a esto Jaguar Land Rover está volviendo a una zona de confort económico que le permite estudiar la viabilidad a la hora de crear nuevos modelos, lamentablemente como veremos en líneas posteriores esto tiene su nota negativa.
Debido a que Jaguar Land Rover básicamente ha estado trabajando en ofrecer nuevos modelos con los que competir y alcanzar beneficios, modelos generalmente muy pesados y potentes en el caso tanto de Land Rover como Jaguar lo que a su vez la perjudica en algo que a la larga será un verdadero problema a nivel de denuncias económicas, las emisiones CO2 medias de sus vehículos están lejos de las que marca la regulación de la Unión Europea a medio plazo.
Para subsanar este problema encontramos a una Jaguar dispuesta a lanzar modelos por debajo de su hasta ahora nivel de confort como un rival para los Mercedes Clase C, Audi A4 o BMW Serie 3, un nuevo SUV e incluso un compacto, algo que seguro ayudará a bajar la media de emisiones pero para lo que necesitarán bastantes años por lo que, aunque la idea es buena, las soluciones se necesitan ya y, como no podía ser de otra manera, todo pasa por ofrecer variantes híbridas sobre prácticamente todos los modelos que Jaguar Land Rover tiene en el mercado.
Una vez desgranado el problema en Jaguar Land Rover están buscando la solución a la creación de estas variantes híbridas, solución que según Wolfgang Epple, jefe de I+D de la filial de Tata pasa directamente por buscar un socio con el que colaborar en materia de soluciones híbridas debido, sobre todo, a que la capacidad productiva de la firma inglesa es bastante limitada. Al parecer Jaguar Land Rover ya ha iniciado conversaciones con varios fabricantes aunque por el momento se desconocen todos sus nombres.
Vía: automotive