Jaguar Land Rover nos dejó impresionados hace algunos meses con el capó invisible de Land Rover, una forma de realidad aumentada que nos permitía ver con detalle todo lo que ocurría tras el voladizo delantero, gracias a un sistema de cámaras situadas tanto en el frontal como en los bajos. Además, se apoyaba en unos sensores de inclinación para poder tener una mejor referencia sobre los ángulos de ataque a la hora de poder adentrarnos en determinados terrenos.
Pero estaba claro, que una vez desvelado ese sistema, iban a continuar explotando las posibilidades que ofrece la luna delantera a la hora de mostrar información que facilite la conducción y el confort, y que no se limite únicamente a los HUD cada vez más populares. Así pues, presentan el «Jaguar Virtual Windscreen«, un sistema que sigue en la línea del anterior, y que además, se está investigando para que pueda proyectar imágenes en 3D sin necesidad de portar unas gafas especiales para verlos.
La línea que separan los juegos y la vida real cada vez se acorta más
Lo cierto es que de la forma que lo plantean, las posibilidades que ofrece este sistema son muy variadas. Por ejemplo, para aquellos que suelan correr en trackdays de circuito, encontramos un modo que nos recuerda mucho al de los videojuegos, el ‘Ghost Car Racing’, o lo que es lo mismo, el coche fantasma de toda la vida contra el que compites y que reproduce tu vuelta anterior en muchos juegos o simuladores de conducción para tomar referencias o para batir tu tiempo, sin necesidad de que entorpezca tu conducción. La finalidad aquí es muy parecida.
Así mismo, tal y como ocurre también en otros juegos de coches, otra de las posibilidades es la de que se proyecten en la luna las referencias de frenado y la trayectoria óptima para afrontar las curvas, de forma que no sólo podremos batir nuestras marcas en el circuito, sino que además podremos mejorar nuestro pilotaje sobre el asfalto.
De forma paralela, han anunciado un sistema de control gestual para poder controlar algunas funciones sin necesidad de recurrir a tocar ningún botón que pueda distraer la atención, a través de sensores de proximidad como las que usan por ejemplo las pantallas táctiles capacitivas de los móviles.
