El Jaguar XE fue presentado el pasado año como el modelo por excelencia de la marca inglesa para competir en el segmento D más premium, principalmente, en el mercado europeo y norteamericano. Con el paso del tiempo, Jaguar ha consolidado el XE -aunque lleva muy poco tiempo a la venta- como el símbolo más claro de Jaguar y con todo lo necesario para posicionarlo con una vida útil que se extenderá más allá entrada la década que viene. Pero, ¿veremos sorpresas a lo largo de la comercialización?
Sí veremos, pero la primera que se nos acontece nos precisamente una sorpresa de las buenas, porque Jaguar, de la mano de Ian Callum -número uno de la marca- ha confirmado oficialmente que no hay planes para lanzar al mercado una variante familiar de cinco puertas del británico. Es decir, el Jaguar XE Sportbrake cae en el olvido y no pasará más allá de ser una expectación de futuro, y aunque no lo parezca, Jaguar tiene ciertas razones de peso que nos hacen comprender la razón de que no veamos un competidor del BMW Serie 3 Touring o del Audi A4 Avant. Y cómo no, tiene que ver con el mercado de los SUVs y crossovers.
Menos espectro de ventas de lo necesario
La idea de Jaguar es centrar todos los esfuerzos en modelos que capten ventas a nivel global, incluyendo mercados como el asiático y por supuesto, en China. Jaguar deja entrever que competir con los familiares europeos es prácticamente imposible, y esto sumado a una ineficacia de este segmento en otros mercados, son motivos de peso suficientes para que la marca se centre en el desarrollo de SUVs y crossovers que no tienen ningún problema allá donde Jaguar se comercializa.