Desde que los SUVs comenzaron su gran auge en el mercado, algo que hace no tantos años nos hubiera parecido totalmente descabellado como los modelos de altas prestaciones sobre dichas carrocerías, a día de hoy ya están totalmente normalizados.
El Jeep Grand Cherokee Trackhawk es uno de los más llamativos en este sentido, con 716 CV y 873 Nm en su configuración de fábrica, sin embargo, Hennessey Performance ya hace algún tiempo que le puso las manos encima para llevarlo a los 1.025 CV. Ahora, sobre la base anterior, vuelven a evolucionarlo y en este caso lo dejan en los 1.216 CV y 1.354 Nm de par máximo.
Evidentemente, su motor 6.2 V8 HEMI Supercharged ha sido sometido a una profunda revisión, que incluye tanto una línea de escape de alto flujo, culatas modificadas y debidamente porteadas, nuevos árboles de levas, colectores específicos en acero inoxidable, admisión de alto flujo, todos los componentes internos forjados y la joya de la corona, un turbocompresor volumétrico de 4.5 litros. También, está dotado de una característica que permite bajo demanda cambiar entre la tracción a las cuatro ruedas y la propulsión trasera.
Hennessey Performance Engineering ha conseguido que ahora realice el 0-96 km/h en tan sólo 2,3 segundos, necesitando 9,66 segundos para realizar el cuarto de milla, con una velocidad máxima de 321 km/h. Es decir, prestaciones de superdeportivo y que sólo unos pocos coches del mercado son capaces de optar a ellas, con el añadido, además, de que hablamos de un SUV y no de un aerodinámico modelo.
Su precio es de 154.575 euros al cambio actual (179.000 dólares), incluyendo una unidad del 2019 Jeep Grand Cherokee Trackhawk que es tomada como base. Tan sólo se esperan producir 24 unidades. No es una cifra descabellada si tenemos en cuenta que a cambio obtienes uno de los SUV más rápidos del mundo -y capaces de circular por la vía pública-.
Jeep Grand Cherokee Trackhawk de Hennessey
