Aunque empezó sus Gymkhanas tomando como base a modelos en producción, poco a poco ha ido cambiando sus cánones, inclinándose más por clásicos emblemáticos como es el caso del Ford Mustang, y ahora, con su nueva joya de la corona, el Escort Mk2 del año 1978. Obviamente, y al igual que sucede con todos los anteriores cuenta con modificaciones bastante profundas que poco menos que lo hacen un modelo irreconocible, tanto en el plano estético como mecánico.
Curiosamente, en lugar de optar por la vía fácil del swap, Ken Block ha elegido el propulsor Millington de 2.5 litros y 4 cilindros pero potenciado hasta los 333 CV en configuración atmosférica. Manteniendo, por supuesto, la propulsión a las ruedas traseras mediante una caja de cambios secuencial de seis marchas. Lógicamente, tanto suspensiones como frenos han sido reemplazados para adecuarse a las nuevas exigencias.
Su interior se somete a un profundo aligeramiento, reemplazando su cuadro de relojes por otro digital con información más precisa y detallada. Además, los asientos deportivos vienen firmados por Recaro y cuenta con una jaula antivuelco que recorre todo el interior. Estéticamente, apuesta por un kit de carrocería diseñado por Rocket Bunny en el que se ensanchan de forma considerable sus pasos de rueda, se instalan paragolpes específicos, alerón trasero, además de recibir unas llantas de aleación de un ancho mucho mayor para poder cubrir los nuevos pasos de rueda.
La decoración es algo más discreta, con el logotipo de Hoonigan presente de forma indiscriminada, siendo menos discreta la bandera de los Estados Unidos estampada en el capó del vehículo.
Ford Escort MK2 Ken Block