La expectación que todos teníamos en Kimi Räikkönen era muy alta, no podemos negarlo. La vuelta del finlandés a la Fórmula 1 supone un punto de interés clave, más aún si lo vemos en un equipo que a priori no es de los punteros, pero que con pilotos de primera categoría puede hacer mucho más de lo que pensamos.
Sin embargo, en el ya pasado Gran Premio de Australia Kimi decepcionó con la mala clasificación del sábado, pero no tanto con la séptima posición cosechada… si tenemos en cuenta que en clasificación estaba de los últimos. Después de todo, Kimi se ha mostrado más optimista de lo que creíamos.
El finlandés ha recalcado que a pesar de tener un fin de semana más bien pobre, el rendimiento del coche ha sido extraordinariamente bueno. Suficiente para tener buenas sensaciones de cara a Malasia, donde espera no tener problemas de tráfico en la clasificación -como sí los tuvo en Australia- y poder optar a una posición en clasificación mucho más alta. Y es que al fin y al cabo, el Lotus Renault es capaz de ello… no hay más que ver a Romain Grosjean. Como apunte interesante, Räikkönen lo deja claro: su sensación es que nunca se ha ido de la Fórmula 1.