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Desde este verano sabemos que Audi quiere poner fin a la producción del Q8 e-tron y Q8 Sportback e-tron y esto supondría dejar sin carga de trabajo a la planta de Bruselas donde se produce, como parte de la reestructuración de la misma, sin embargo, tiene otros problemas asociados como unos altos costes estructurales tales como la propia logística. De ahí que a raíz de este anuncio se pusieran a buscar compradores para la misma.
Sin embargo, y pese a haber tenido 26 interesados hasta la fecha, no han logrado llegar a ningún acuerdo al no encontrar un «concepto viable y sostenible» para la factoría, tal y como ha revelado el director de operaciones de Audi, Gerd Walker. Entre los interesados, estaban fabricantes chinos como NIO.
Esto, junto con el hecho de que el Grupo Volkswagen no quiera asignarle otro vehículo a la factoría o buscarle algún otro uso (por ejemplo, producción de baterías), hace que el futuro de la misma pase por el cierre, lo que se traduciría en la pérdida de 3.000 empleos.
Todo ello, además, en un contexto en el cual la introducción de los aranceles en la Unión Europea a los vehículos eléctricos chinos está empujando a cada vez más fabricantes chinos a producir en suelo europeo para de esta forma esquivar los aranceles impuestos, pero aún ni con esas parece que de momento hayan logrado encontrarle un nuevo dueño.
Además, conviene recordar la delicada situación por la que atraviesa la industria automovilística europea, que podría dar lugar a una reestructuración mucho mayor y que no afecte únicamente al Grupo Volkswagen, dando como resultado el cierre de muchas más fábricas.