Las normativas europeas que regulan las emisiones de los nuevos motores, están dando lugar a un insólito panorama en el que cada marca se las ingenia como puede para reducir al máximo los gases nocivos que salen de los escapes de sus modelos.
Estos «recortes» han llegado, como no podía ser de otra manera, a los motores más potentes de cada casa, y ya hemos podido ver como marcas de la talla de Mercedes-Benz o BMW dejaban de lado sus grandes bloques atmosféricos, para rendirse ante los sobrealimentados. La prueba más reciente la tenemos en la nueva generación de los BMW M3 y M4 coupé, que abandonan el motor V8 de su predecesor, para montar un V6 Twin Turbo de 431 CV de potencia.
Audi aguanta con su potente atmosférico de ocho cilindros en V y 4.2 litros, montado en los RS4 y RS5, que les permite presumir de una potencia de 450 CV, pero todo parece indicar, y así lo ha publicado la revista Car & Driver -citando fuentes internas-, que ese motor tiene los días contados.
El futuro apunta al motor 3.0 V6 turboalimentado
Todo apunta a que Audi tomará la decisión de montar un V6 en la próxima generación del RS4, y el que tienen a mano es el 3.0 TFSI que monta en la actualidad el S5 -333 CV-, al que habría que acoplar un doble turbo para aumentar significativamente la potencia, con la meta puesta en superar la lograda por BMW en sus M3 y M4.
Tenemos claro que con el cambio, los modelos van a perder encanto, que será sustituido por unos consumos más contenidos, menos peso, y un mayor Par a bajo régimen. En caso de producirse, no sería la primera vez en la historia en que un RS4 monta un V6 de doble turbo, ya que en el año 2000 el RS4 Avant se presentó con esa configuración -V6 2.7 bi-turbo-, con la que lograba una potencia de 375 CV.
Vía: Car & Driver
