El BMW i8 como tal lleva en el mercado europeo solo unos años y aunque su historia viene de largo como prototipo -desde finales de la pasada década- sigue siendo un proyecto con vistas y con un diseño que ahora sí, va a recibir un cúmulo de cambios importantes.
Ahora que la renovación de medio ciclo del BMW i8 está a la vuelta de la esquina, podemos ir concretando detalles e información que según avanza el tiempo, se antojan más jugosas y apetecibles. Y es que si bien es cierto que el i8 no cumplió el cometido no oficial de ser el deportivo más puntero de la marca alemana, poco a poco se va centrando como una apuesta con futuro, y con unas capacidades dinámicas más que aceptables.
La renovación del BMW i8 que veremos debutar a principios del próximo año incluirá cambios en el diseño y en el habitáculo, aunque en ninguno de los dos casos serán cambios drásticos o muy llamativos. En el apartado exterior, las ópticas delanteras y traseras recibirán cambios pero el diseño renovado se plasmará más en el interior de los mismos, que en el diseño exterior en sí. En el habitáculo, veremos el sistema multimedia iDrive renovado junto con cambios estructurales en el salpicadero, asientos y volante. No obstante, lo más importante, residirá bajo la carrocería…
…ya que BMW planea que la combinación del motor 1.5 litros turboalimentado y el motor eléctrico, otorguen esta vez una potencia neta de 420 caballos, un diez por ciento más que el i8 original y con esto, una mejora notable en las prestaciones, aceleraciones y también en la velocidad punta. Se moverá en la misma línea que el M4 Coupé, aunque obviamente, el concepto de uno y otro dista mucho más allá del mero hecho de que ambos sean coupés.