¿Qué sentido tendría despojar a un Lamborghini Gallardo de su carrocería, cuando es precisamente uno de sus atractivos más llamativos? La única razón justificable que encontramos es la de reducir sus casi 1.500 kilogramos del conjunto a 1.133 kg, que es precisamente lo que ha conseguido el equipo de Heffner Performance, uno de los mejores preparadores de Lamborghini de Estados Unidos, dejándolo como si de un kart de altas prestaciones se tratase.
Gracias a esta rebaja tan considerable en el peso del conjunto, su relación peso/potencia mejora de manera considerable, y el V10 gana todavía más protagonismo a nivel prestacional ya que sus más de 500 CV pasan a ganar todavía más eficacia si cabe al tener que mover menos peso.
Lo mejor de todo es que además está homologado para circular por la calle, gracias a las leyes laxas en este sentido en los Estados Unidos. Aquí se nos antoja bastante difícil que algo así sea factible de poner en circulación en la vía pública de manera relativamente sencilla.
Evidentemente, suprimir su vestido tiene graves consecuencias para su aerodinámica, algo que han paliado con una instalación de un alerón trasero de grandes dimensiones acompañado también de un difusor. Por su parte, para reforzar la seguridad de los ocupantes, se ha optado por la instalación de una jaula anti vuelco.
¿Una alternativa a la doble sobrealimentación por la que apuestan muchos propietarios para incrementar considerablemente sus prestaciones?
Vía: Autoevolution