Desde hace bastantes años ya, Land Rover ha estado tradicionalmente desplazada a las últimas posiciones en los listados de fiabilidad por marcas que elaboraban múltiples consultoras a nivel mundial. Y esto es algo que disuade a los nuevos clientes, pero a los actuales que sufren problemas derivados de la fiabilidad de sus modelos, también hace que no se planteen repetir marca.
Land Rover está trabajando por cambiar esta tendencia, por ello, el jefe de ingeniería de la firma, Nick Rogers, anunció en una entrevista reciente con Car Advice en el transcurso del lanzamiento del Defender 2020 que estaban volcados en mejorar la fiabilidad de sus sistemas eléctricos. Precisamente este último modelo ha dado mucho que hablar por la enorme carga tecnológica con la que cuenta dado su enfoque y que no se encontraba en su predecesor comparándolo con los modelos coetáneos.
Y esto tiene muchísimas más implicaciones que las que pudiese tener décadas atrás, donde el software y los sistemas de control podían contarse con los dedos de una mano. Por ello, tal y como ha anunciado, están llevando a cabo programas de capacitación tanto de ingeniería de software como de diseño de redes, dado que son dos áreas que cada vez toman mayor relevancia en sus vehículos y que cuentan con una gran complejidad por todas las implicaciones que tienen.
Nick Rogers asegura que están obsesionados con la fiabilidad, por ello, todos sus vehículos actuales llevan a cabo una generación de logs bastante amplia de todos los sistemas electrónicos que componen sus vehículos, algo que facilita enormemente tanto las tareas de desarrollo y depuración como la detección de posibles problemas.
Si bien reconoce que no están contentos con su actual posición en muchos estudios de fiabilidad, asegura que están trabajando duro para poder seguir escalando posiciones, si bien no es algo que se logre de la noche a la mañana, ya que es una carrera de fondo, pero Rogers cree que la agilidad y tamaño de la compañía lo hará posible.
Vía: Car Advice