Hace unas semanas, la NHTSA (Administración Nacional de Seguridad en la Carretera de Estados Unidos) sugirió a Jeep llamar a revisión a los modelos Grand Cherokee y Liberty, debido a un problema relacionado con la seguridad que ofrecían en caso de un impacto por alcance.
Todo viene a raíz de varios casos de accidentes donde estaban implicadas unidades de los Jeep Grand Cherokee (comercializados entre 1993-2004) y Liberty (comercializados entre 2002-2007), que comenzaban a arder tras un impacto por alcance debido a la situación de su depósito de combustible, registrándose hasta la fecha 15 fallecimientos y 43 heridos derivados de impactos donde este problema ha salido a la luz.
Ante la sugerencia de la NHTSA, Jeep se negó alegando que en su día, sendos modelos pasaron correctamente las pruebas de homologación del organismo, y que por tanto, son válidos y seguros, aunque se comprometían a seguir trabajando conjuntamente con dicho organismo para seguir haciendo vehículos seguros que cumplan con la normativa. Sin embargo, esto creó mucha controversia entre los clientes que poseían uno de los modelos afectados, controversia que no ha sido especialmente sana para la marca, y que junto a presiones por parte de la NHTSA, le han hecho recular finalmente en su decisión.
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De forma que, Jeep finalmente llamará a revisión a los vehículos potencialmente afectados. Una vez en taller, se le realizarán las inspecciones oculares necesarias, y en caso de considerarlo necesario, se reforzará la estructura trasera para que sea más rigida y pueda absorber mejor los impactos por alcance a fin de poder evitar que llegue al depósito de combustible y éste comience a arder.