Finalmente, Lewis Hamilton ha vuelto a hacerlo. Después de pasar desapercibido prácticamente toda la temporada, finalmente los campeones de la Fórmula 1 han hecho una aparición estelar por todo lo alto, donde finalmente el piloto inglés se ha llevado el gato al agua.
Todo comenzó cuando Fernando Alonso parecía que tenía bastantes papeletas para acabar al menos, en el podio. Todo se tornó negro cuando llegaron los problemas con la bomba de combustible, y más aún cuando se le acabó saliendo la rueda delantera derecha en medio de la pista. Finalmente abandonó, y dejó el camino libre al resto.
Por lo demás, fue coser y cantar: le siguieron Kimi Raikkonen y Mark Webber, y éste último sigue acortando diferencias con el actual líder del campeonato Jenson Button, que a pesar de tener un margen de más de 20 puntos, viendo la enorme caída de rendimiento de los Brawn GP, no parece que vaya ir muy seguro por lo que queda de temporada.
Hoy también hemos conocido que Felipe Massa evoluciona muy favorablemente y que, aunque estará sin correr bastante tiempo en el circo de la Fórmula 1, todo indica que en un principio no tendrá daños serios, así que a pesar de que no haya llovido a gusto de todos en la carrera, es un muy buen motivo para haber acabado Hungría con una gran sonrisa.
