Lewis Hamilton ha dado hoy una rueda de prensa en solitario en una parada del Gran Premio de Malasia para aclarar los hechos que han llevado a, entre otras cosas, la expulsión del director deportivo de McLaren.
En primer lugar, nos ha pedido perdón a todos. No sólo a los comisarios y a los responsables, sino a nosotros los aficionados, y también a los seguidores de McLaren-Mercedes. También ha afirmado que él no es un mentiros ni una persona con falta de honestidad, y por el resto, ha confirmado que él únicamente hizo lo que le pidieron.
Está claro que ha aprendido del gran error que cometió -él mismo lo ha afirmado-, y ahora la pelota está en el tejado de los aficionados, quienes decidirán por ellos mismos si pasan por alto un gran error del piloto inglés, pero que desde luego tiene unos valores muy grandes que ayuden a sobrellevarlo. Mirando a su carrera deportiva, seguro que sabéis cuáles son.
Por supuesto, nos ha inculcado grandes valores como el tirarse a la hija del jefe, ser el mejor pelota al susodicho o hacer trampas y solo pedir perdón cuando le cogen. Todo un ejemplo a seguir el piloto inglés.
Pero claro, toca lavar imagen, que los aficionados ingleses dan mucho dinero a este negocio.