Audi no cesa en el empeño de seguir demostrándonos las enormes posibilidades de sus motores diésel. Pero en este caso, ha ido más allá: tanto el Audi S6 como el S7 Sportback han recibido un motor diésel TDI hibridado, dejando de lado el V8 de 4 litros gasolina biturbo con 450 CV. Lo más curioso es que este cambio no tiene carácter global, ya que en los Estados Unidos o Asia, el propulsor diésel no está disponible, y en su lugar, toma el V6 de 2.9 litros TFSI del RS5 Coupé con 450 CV y 600 Nm de par.
Pero vamos a centrarnos en el propulsor que aquí recibimos: se trata del 3.0 TDI de 6 cilindros en V, dotado de un compresor eléctrico y red eléctrica de 48V para alimentar el sistema mild-hybrid. Se trata, por tanto, del mismo propulsor ya visto en el SQ5 TDI, con una potencia de 350 CV y 700 Nm de par máximo, asociado de manera exclusiva a una caja de cambios automática que transmite la potencia a las cuatro ruedas mediante el sistema de tracción quattro con un diferencial central autoblocante con distribución asimétrica del par 60:40, distribución máxima puede variar de manera dinámica hasta el 70% para el eje delantero y 85% en el trasero.
La suspensión deportiva S recibe una puesta a punto, pudiendo optar por suspensión neumática de manera opcional. También son opcionales los frenos carbocerámicos de mayor potencia y dimensiones, especialmente recomendables si vamos a entrar a circuito con él, con 400 mm de diámetro en el eje delantero y 370 en el trasero.
El sistema MEHV construido sobre la red eléctrica de 48 V permite y compuesto por un motor eléctrico (BAS) conectado al cigüeñal que actúa como motor de arranque y alternador permite lograr una mayor eficiencia de su motor. Su batería de iones de litio está alojada en el piso del maletero y cuenta con una capacidad de 10 Ah. Gracias a esta tecnología, el sistema Start&Stop puede entrar en funcionamiento desde 22 km/h hasta un máximo de 40 segundos. Según indican desde Audi, gracias a ello se pueden ahorrar hasta 0,4 litros a los 100 kilómetros.
Por su parte, el compresor eléctrico (EPC) con una potencia de 7 kW permite suprimir el ‘lag’ del turbocompresor, ya que su accionamiento está activo desde el mismo momento del arranque, siendo también el responsable de la función boost al acelerar, que se produce hasta un régimen de giro del motor de 1.650 rpm. Su tiempo de respuesta es inferior a 250 milisegundos y su velocidad máxima de giro es de 70.000 rpm.
En ambos casos, estéticamente no existen grandes diferencias en el exteiror, más allá de tomas de aire de mayor tamaño, algunos elementos en aluminio, alerón trasero sobre el portón y cuatro enormes salidas de escape, mientras que en su interior, los asientos deportivos lucen el logotipo S y podemos ver diversas molduras en aluminio cepillado. Las llantas son de 20 pulgadas en todos ellos.
En términos de prestaciones, el Audi S6 requiere de 5,0 segundos para alcanzar los 100 km/h, mientras que los S6 Avant y S7 Sportback aumentan ligeramente el tiempo hasta los 5,1 segundos. En todos los casos la velocidad máxima limitada a 250 km/h es común.