Los propietarios de un Toyota Mirai comienzan a denunciar a la marca: el calvario de vivir con un coche de hidrógeno

Es probable que nunca hayas visto un coche de hidrógeno circulando en España, puesto que la red de suministro es prácticamente inexistente. En otros países, es algo más extensa, pero pese a ello, están cerrando cada vez más, creando un problema en aquellos lugares donde todavía había una pequeña cuota de usuarios de modelos como el Toyota Mirai.

Tal es así, que un grupo de usuarios de Toyota Mirai están uniéndose para demandar a Toyota, al considerar que les ha engañado en lo que respecta lo que supone usar a diario un vehículo de estas características: desde el cierre de estaciones operativas, el coste del hidrógeno que se ha disparado en los últimos años o la autonomía anunciada que no se corresponde con la que ofrece en uso real (160 km menos).

De acuerdo a la demanda, los demandantes afirman que Toyota y sus comerciales les han convencido a los compradores que hay disponibilidad de hidrogeneras y que llenar su depósito no supone un problema, siendo comparable a hacerlo con un vehículo de gasolina.

Conviene destacar que el precio del hidrógeno se ha incrementado un 200% en los últimos años, pasando de 13 dólares/kg en 2022 a 36 dólares/kg en 2024 en los Estados Unidos, por lo que ni la tarjeta de 15.000 dólares que entregaba Toyota con sus vehículos puede cubrir los 5 años de desplazamiento tal y como anunciaba.

Los propietarios además se quejan de los problemas que tienen en las estaciones a la hora de repostar, con hidrogeneras que no tienen hidrógeno durante varios días seguidos, repostajes que tardan varias horas de media e incluso cuando las bombas de hidrógeno se congelan en el vehículo y tienen que esperar más de 30 minutos para que la toma de carga se caliente lo suficiente para realizar una desconexión.

A todo esto se suma que las ventas de coches de hidrógeno a nivel mundial están colapsando y que a comienzos de este año Shell anunció el cierre de todas sus estaciones de hidrógeno en California así como Dinamarca que ha hecho lo mismo, tenemos un escenario muy poco optimista respecto al futuro de esta tecnología en coches particulares.

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