Mansory nos acostumbra a realizar preparaciones que en ocasiones no resultan fáciles de digerir al ojo humano sobre modelos de lujo, en unas ocasiones con mayor acierto que con otras. Uno de los SUV de lujo que han irrumpido en el mercado como es el caso del Bentayga acaba de hacer su despliegue bajo el ejército de Mansory y a continuación vamos a desgranar un poco mejor qué es lo que aporta.
El Bentayga de serie logra ser un modelo que a la vez que destila lujo, tiene presencia y discreción. En Mansory han invertido esos paradigmas para que pase a ser un modelo que recurriendo a un kit aerodinámico de una filosofía muy distante logre captar la atención de todos, ya sea para bien o para mal. Y además, si se luce con una pintura bicolor más propia de los vehículos de las primeras entregas de A Todo Gas, más aún si cabe.
Este kit de carrocería está formada por pasos de rueda ensanchados, nuevo splitter delantero, paragolpes ensanchados con nuevas tomas de aire para refrigerar el conjunto, taloneras para adecuarlas al ensanche nuevo, un difusor de aire trasero de grandes dimensiones con una salida de escape cuádruple, además de un alerón de nueva factura. Su habitáculo aún manteniendo la exquisitez en los materiales y grado de personalización, apuesta por un volante más deportivo, pedalier en aluminio, así como alfombrillas y asientos con un tapizado a la carta.
Su galardonado motor W12 aumenta la potencia hasta los 700 CV y un par máximo de 1.050 Nm con una reprogramación electrónica, y esta nueva cuadra le permite rodar a velocidades de hasta 311 km/h y alcanzar los 100 km/h en 3,8 segundos desde parado, nada mal si tenemos en cuenta que estamos ante una mole de 2,5 toneladas.