No podemos negar que a lo largo de estos últimos años, el que fuese en su día el roadster por excelencia y cumbre de la marca alemana, el Mercedes SL, ha ido decayendo tanto en ventas como en público potencial. Y es que con el incipiente énfasis de la marca en el Mercedes Clase S Cabrio y el Mercedes AMG GT C Roadster -ambos aún por llegar al mercado-, el SL ha quedado relegado prácticamente a un segundo plano… eso sí, con un nicho de mercado exclusivo y un cupo de clientes que durante estas décadas, no ha decaído en exceso.
A pesar de la bajada de ventas en estos años, habrá un nuevo Mercedes SL que sustituirá la generación actual -en venta desde principios de 2013- y que a pesar de la escasa longevidad del modelo actual, verá la luz en un plazo máximo de dos años. ¿Por qué renovarlo por completo tan pronto? Suena incluso extraño cuando la anterior generación, por ejemplo, estuvo presente desde 2001 hasta 2012. Más de una década completa. ¿La causa de este cambio? Una nueva plataforma modular mucho más ligera, cambios en la filosofía del SL, y un camino hacia el éxito pero en una vertiente diferente.
La idea es sencilla: apostar por la misma plataforma sobre la que se asentará el SLC, y dar al SL unas dimensiones y proporciones sensiblemente diferentes a las vistas comúnmente durante el pasado, es decir, será más corto que el SL actual pero no por ello menos ancho. Mercedes hará un guiño al concepto de un roadster de techo duro retráctil de lujo pero esta vez con un poco más de énfasis en la deportividad y las capacidades dinámicas. A diferencia del SLC o del AMG GT C Roadster, el SL será el único en mantener el motor de doce cilindros biturbo en la cúspide de la gama, mientras que el resto de opciones estará compuesta por motores de seis y ocho cilindros.
