El Mercedes GLK lleva más años en el mercado de lo que pueda parecer, pero a estas alturas pensar en un sucesor es inevitable, y más aún cuando las informaciones y fotos espía continúan llegando y mostrándonos lo que de verdad está por venir. Y es que el GLK, va a dar un cambio más importante de lo esperado.
La idea original que llevó el GLK al mercado fue sencilla: un crossover urbano no muy pequeño, destinado a rellenar el gran hueco que el ML (o Clase M) mantenía en el sector. Sin embargo, con la llegada del GLA, la marca alemana se ha visto forzada a cambiar sensiblemente la filosofía del GLK. ¿Cómo? Muy sencillo: más grande, más caro, y más premium.
Seguirá los pasos del Clase C
El Clase A y todas sus variantes han sido un soplo de aire fresco en Mercedes-Benz. También la excusa perfecta para que modelos como el recién estrenado Clase C o el propio GLK, tengan que dar un salto cualitativo y significativo para no acabar compitiendo en la misma casa. En el caso del GLK, habrá una mayor distancia entre ejes y más espacio en la cabina y sobre todo, en las plazas traseras. La longitud total del GLK crecerá, según las informaciones, en más de 10 centímetros. También será ancho y su aerodinámica y estética hará un guiño al público joven con líneas más suaves, dinámicas, y menos rígidas.
Aunque subirá de nivel, el Mercedes GLK estará disponible en su versión base con un motor turboalimentado de 4 cilindros y 1.8 litros. No habrá un motor V8 pero sí un V6 gasolina, y como toque interesante, el GLK AMG queda como una incógnita ya que el V8 sería demasiado «grande», y el 4 cilindros turboalimentado ya está en el GLA 45 AMG.