Mazda ha presentado en el Salón de la Movilidad de Japón un prototipo del que ya habíamos visto alguna que otra filtración y que podría ser la antesala del futuro MX-5, aunque en muchos aspectos esté más cerca del RX-7 que del pequeño roadster nipón.
Se trata de un prototipo en el característico Soul Red Crystal de la compañía, con un diseño claramente inspirado en el icónico y atemporal Mazda RX-7 FD y con una configuración de eléctrico de autonomía extendida, o lo que es lo mismo, un híbrido enchufable en el que el motor de combustión interna funciona como generador. Pero aún más interesante es el hecho de que su motor de combustión interna es rotativo (Wankel), tal y como sucede en el MX-30 R-EV que ya se comercializa.
Cuenta con 370 CV de potencia y permite además carga bidireccional, pudiendo por tanto también suministrar energía o cargar el vehículo indistintamente. Su reparo de pesos es 50/50 y el peso total del conjunto es de 1.450 kg, que si bien es un peso considerablemente superior al del actual MX-5 ND, sigue siendo un peso contenido para tratarse de un vehículo electrificado. Y es además una relación peso/potencia muy razonable de 3,9 kg/CV.
A la hora de acceder a la cabina, nos encontramos unas puertas que se abren ligeramente hacia arriba -algo que también encontramos en Aston Martin- y donde ya dentro del habitáculo, encontramos una instrumentación digital, una pequeña pantalla de infoentretenimiento y un selector de marchas. Los asientos están tapizados en tela biológica hecha con materiales reciclables.
¿Cuál es su futuro? las intenciones de Mazda pasan por llevarlo a producción. Masahiro Moro, Presidente y Consejero Delegado de Mazda, durante su presentación ha dicho: «Haremos todo lo posible por llevarlo a la producción en serie»
