El Mazda MX-5 es uno de los deportivos de bajo coste que ha conseguido sobrevivir hasta la fecha de hoy pese a la sangría generalizada de modelos que ha habido en el segmento. Sin embargo, ese no es el mayor problema del modelo a futuros, sino las nuevas y cada vez más estrictas normativas de emisiones. Ya te anticipamos recientemente que en los cuarteles generales de Hiroshima estaban ya planteándose qué hacer con el siguiente modelo a fin de poder cumplir con las nuevas normativas de emisiones, y la solución parecía pasar por una hibridación.
Sin embargo… ¿qué hacer mientras tanto? Con las nuevas normativas de emisiones a la vuelta de la esquina que lo limitan a 95 g/km, Mazda tiene un problema con los 155 g/km de CO2 que emite de media el motor 2.0 del MX-5, no tanto con el 1.5 que emite 138 g/km.
En lugar de retirar la motorización de 2 litros del mercado, lo que hará Mazda será limitar la distribución de la misma, prescindiendo de algunas versiones con el objetivo de forzar una reducción en las ventas de cerca del 20% para de esta forma poder reducir la media de emisiones del fabricante y así evitar multas debido a que han rebasado el límite de emisiones establecido.
La división británica de Mazda (donde el MX-5 goza de una gran acogida comercial), ha admitido que se centrarán en vender las versiones con motor 1.5 del MX-5, limitando algo menos la distribución de la versión 2.0 para este mercado.
Cabe destacar además que en estos últimos meses la producción de los MX-5 con asientos Recaro ya estaban sufriendo notables retrasos debido a que no daban a basto produciendo dichos asientos y decidieron centrar la producción de los 30 Aniversario para posteriormente continuar con la del resto de la gama que los equipa.
