El Mazda RX-8 es a día de hoy una muy buena compra en el mercado de segunda mano. Un deportivo de cuatro puertas, con un completo equipamiento y una estética muy singular, propulsión trasera y una puesta a punto lejos de toda duda, pero que debido al aura que rodea a su motor, su cotización en el mercado de segunda mano es bastante baja frente a otros deportivos de la época, por ello, lo hace muy interesante para ser protagonista en nuestro garaje aún sin disponer de un gran presupuesto.
Porque no cabe duda, hay muchos mitos que se ciernen en torno a su funcionamiento del motor Wankel que no necesariamente son ciertos, aunque por otra parte, sí que es cierto que es un motor con un consumo elevado de gasolina (más que otros equivalentes), algo que puede echar para atrás a algunos… ¿pero hasta el punto de plantearse un swap por un motor de potencia muy inferior? No sabemos si es por ese motivo o porque su motor original ya necesitaba de una reconstrucción (que, contra lo que dice la leyenda popular, no todos lo necesitan a los 100.000 kilómetros, es algo que varía considerablemente en función del mantenimiento que haya tenido).
Alguien en Lituania decidió reemplazar en su RX-8 el motor de casa por un bloque 1.4 de 70 CV procedente de un Twingo. No tiene sentido pasar de un motor de 231 CV (o quizá era una de esas escasas unidades de 192 CV, quien sabe) a uno de 70 CV, donde la única ganancia que haya podido obtener en el mejor de los casos es mejorar su consumo de carburante ¿verdad?
Y ahora, dicha unidad ha salido a la venta en un portal de segunda mano de ella, donde se anuncia a un precio de 3.500 euros, con un odómetro que marca 160.000 kilómetros. No sabemos si debido a este transplante de corazón algunos de sus elementos de equipamiento han dejado de ser funcionales, en este caso, nos preocupa enormemente el sacrilegio ejecutado y lo enormemente aburrido que debe ser conducir ahora ese RX-8 en cuestión.
Vía: Carscoops