Mercedes-Benz ha dado un salto tremendo hacia adelante con la presentación de la nueva generación del Clase C Coupé, y es que los alemanes han optado por un diseño armonioso y muy cualificado que ya de por sí en el Clase C berlina dio mucho que hablar, y que en el caso del coupé se ha consolidado de la misma manera que ocurrió con el Clase S de dos puertas, y al igual que ocurrirá con el Clase E Coupé. Porque la estrategia de la marca de la estrella de optar por un diseño similar y de mismas líneas en varios modelos diferentes, si bien resultó a priori una mala estrategia, está terminando por ser un absoluto éxito.
Por supuesto, la línea AMG Performance que veremos en el Clase C de dos puertas será igual que en el berlina y el familiar (Estate), salvo por una pequeña discrepancia… y es que será en el coupé donde veremos la variante Black Series, y de la misma forma que ocurrió el pasado año 2012 con el anterior modelo, el Black Series será absolutamente bestial y arrollador, y en este caso, mucho más rápido y potente que el modelo al que sustituirá.
Misma línea que el AMG GT R
Mercedes y AMG Performance utilizarán un bloque motor prácticamente idéntico tanto para el AMG GT R -que debutará en Goodwood este mes de junio- como para el C 63 Coupé Black Series. Este motor será un V8 Twin Turbo de 4.0 litros potenciado y preparado para rendir una potencia de hasta 600 caballos, y en el Black Series las diferencias respecto al anterior modelo, que desarrolla 517 cv y parte de un motor V8 de 6.3 litros mucho más pesado. El nuevo Black Series además de mucho más ligero y eficiente, será más rápido y en cifras como el 0 a 100 kilómetros por hora, se quedará situado en aproximadamente, 3.7 segundos. Son cifras apabullantes si hablamos de un coupé deportivo del segmento D, y al fin y al cabo, pondrá las cosas muy difíciles -por no decir imposible- tanto al Audi RS5, como al BMW M4 Coupé.
Ilustración: Theophilus Chin
