Habitualmente, los pocos fabricantes y especialistas dedicados a la producción de vehículos blindados, suelen tomar en la mayoría de casos como base berlinas de alta gama de fabricantes alemanes, si bien, Inkas, unos especialistas canadienses dedicados al blindaje de vehículos, han vuelto a meter mano a la versión blindada del Mercedes-Benz G 63 AMG que ya presentaron años atrás, para dotarle de algunas mejoras.
En concreto, el Inkas G 63 AMG es cumple ahora con el nivel de blindaje CEN 1063 BR7, que cuenta con capacidad para aguantar los embistes de la munición de rifle de 7,62 mm. Sin embargo, cuenta con otras tantas medidas de seguridad adicionales a la protección balística de su carrocería y lunas, como un sistema de vigilancia por cámaras perimétricas dotadas de tecnología infrarroja y térmica que pueden grabar y subir el contenido de manera automática a la nube para evitar que en caso de destrucción del vehículo no se pueda acceder a dicho material.
Pero no sólo se han centrado en blindarlo, sino en reconvertirlo por completo para hacerlo mucho más lujoso, para lo cual, han alargado su batalla y ahora cuenta con una longitud de 6,2 metros, una anchura de 2,1 metros y una altura de 1,9 metros, para lo cual, también se ha trabajado por completo su habitáculo.
Su zona trasera ahora cuenta sólo con dos butacas de gran tamaño con función masaje y múltiples ajustes eléctricos con tapicería en cuero de alta calidad y el resto del habitáculo con alcantara y madera. Para diversión y entretenimiento de dichos ocupantes, contarán con una televisión 4K Ultra HD con Apple TV y control por voz mediante Siri, así como un mueble bar.
Eso sí, el precio a pagar es cuanto menos desorbitado: algo más de un millón de euros al cambio de divisa actual, con coche incluido, eso sí.